- Fecha: 20-10-2007
- Itinerario: Oviedo – Trubia – Senda del Oso – Las Xanas – Pedroveya – Rebollada – Camino Real – Collado del Canal Seco – Serandi – Senda del Oso – Trubia – Senda Verde – Oviedo
- Personas: Rubén y 27 más (principalmente miembros de Asturcon BTT)
- Datos cuentakilómetros Rubén:
- Distancia: 76,07 Km
- Tiempo en marcha: 5:33:40
- Velocidad media: 13,67 km/h
- Velocidad máxima: 52,66 km/h
- Cadencia media: 60 (aprox. 20020 totales)
- Altitud salida: —
- Altitud máxima: —
- Altitud mínima: —
- Desnivel acumulado: —
- Álbum de fotos:
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Primera ruta Asturcona a la que me apunto, además por el tipo de ruta puede considerarse 100% asturcona según me comentan. En total fuimos 28 valientes de los cuales no conocía a ninguno y solo con Nespral había cruzado un par de correos.
A las 8:30 cogí el tren a Oviedo, menudo timo: la ida cuesta casi tanto como ida y vuelta a Gijón-Avilés, supongo que será para pagarle los vicios a Gabino.
Sobre las 9:15 ya estaba en el Carlos Tartiere en una mañana fresca y con niebla, por suerte no hacía viento.
En cuanto nos reunimos todos una foto de grupo con el circo de fondo y es que aquí ya éramos unos 25 trovadores de las trotonas.
Comenzamos saliendo de Oviedo por caminos totalmente desconocidos por mi. Hasta coger la senda verde pasamos por algunos tramos bastante cerrados e incluso electrificados.
Reagrupamiento antes de llegar a Trubia y algunos aprovechamos para tomar un tentenpié que seguramente nos hará falta para no caer rodando por las Xanas.
Tomamos la senda del Oso y aquí ya se hacen algunos grupos, ruedo con los de cabeza hasta la llamada de Jorge que me deja descolgado. Por cierto espero que lo haya pasado bien por la Senda del Oso.
Al llegar al desvío para la ruta de las Xanas se realiza un agrupamiento y se unen los que faltaban y salían de Villanueva.
Pasamos por el área recreativa con un grupo de jóvenes animándonos, si parecíamos una competición profesional y todo.
Y empieza la fiesta. Vamos saliendo dejando espacio con el siguiente lo cual ya favorece la disgregación que hubo del grupo en el desfiladero de las Xanas.
El primer pedrero ya tiene tela y pocos consiguieron pasarlo, luego el camino aunque estrecho se hace más ciclable.
Nos metemos de lleno en el desfiladero por el impresionante camino horadado en la roca, más vale no mirar abajo y centrarse en el camino. De todas formas es bastante fácil teniendo un poco de técnica, eso si más vale no cometer errores ni confiarse.
Este es el pedrero que más miedo le tenía, está en mejores condiciones que las otras veces que hice la ruta. Muchos lo pasan montado, yo por si acaso me bajo.
Otra vez precipicios de quitar el hipo, hace gracia ver la cuerda para los senderistas.
Casi al final en las ruinas del molino hay un desvío a la derecha, ese camino seguramente sea más ciclable y rodea el prao de la iglesia. El camino normal hay que bajarse de la bici, cruzar un puente y subir un camino con escalones para ir a dar al prao. Antes de esta foto hay una rampa imposible a partir de aquí se puede subir haciendo algo de zig-zag o saliendo por la derecha al camino hormigonado.
Reagrupamiento en la iglesia. El Abuelo es todo un showman y nos ameniza la espera. Algunos ya empiezan a comer y yo dejo caer lo de comer una fabada en casa Generosa pero salvo el Abuelo nadie parece interesado.
Subimos hasta la Rebollada por carretera y paramos en la fuente donde los primeros en llegar ya estaban sacando los bocadillos. Aún queda una fuerte subida no ciclable hasta el collado y Nespral recomienda seguir y comer arriba, algunos le seguimos y al final prácticamente todos van tomando el camino de piedra. Aquí Muñiz demuestra su valía y nos deja con la boca abierta viendo por donde consigue subir.
Salimos a unas praderías desde donde se tiene una hermosa vista de Pedroveya.
Llegamos al collado pero hay que subir unos 200m. de altitud más a la derecha hacia un fresno que es donde se encuentra el «camino» de bajada a Serandi.
La subida es durísima y casi todos llevamos la bici a cuestas, algunos valientes desafían a la gravedad. Mención especial al Abuelo (el de atrás) que se marchó por cuenta propia por otro camino que conocía y volvió a reunirse con el resto de la comitiva.
Con unas vistas impresionantes al Aramo, Mostayal, Pedroveya e incluso Oviedo entre la capa marrón de contaminación comemos. En realidad fue muy rápido a mi solo me dio tiempo a hacer el bocadillo y comer la mitad antes de empezar a bajar.
Y comienza la bajada, menuda bajada. Esto si que es una trialera. Para los que estuvisteis en la Transcantábrica os diré que es como la bajada del primer día a Arcenorio pero durante varios kilómetros.
Llegamos a Serandi y mientras nos estamos reagrupando en la fuente aparece de detrás de la iglesia el Abuelo portando una pinta de rubia bien fresca, así que nos desplazamos al bar. Y aquí viene lo mejor de la ruta: una clara en vaso de sidra, pero me dice que tiene que ser con una lata de San Miguel por ¡1 euro! por ese precio como si es meao. Eso si no me dio tiempo a acabarla con las prisas.
Aún queda otra bajada bastante técnica, yo lo pasé peor puesto que aunque menos trialera las piedras aquí estaban sueltas y no se veían. Vamos a dar justo a la cerca de los osos donde les dan de comer. De ahí tomamos la senda del Oso y hasta Trubia.
Al llegar a Trubia ya nos hemos disgregado en un montón de grupos, al final quedamos una decena que seguimos por la senda verde. Deciden ir a hacerle una visita al propietario del club Asturcon BTT que queda más o menos de camino. Esta fue la parada más larga.
Seguimos camino de Oviedo y tomamos la senda verde para pasar por los túneles, aquí ya solo quedamos 5 valientes entre ellos Nespral y el Abuelo. Y llegamos al túnel: 260m. sin ninguna iluminación, no se ve el final ya que hace curva por lo que estás a oscuras totalmente, por suerte Nespral llevaba una linterna de llevar en la frente, aunque tampoco es que iluminase mucho.
Llegando a Oviedo nos juntamos con los últimos que se habían separado, de aquí a la estación del tren y de vuelta a Gijón.
Ostris con las Asturconas…. Impresionantes las fotos de Les Xanes, debe ser un subidón de adrenalina asomar la cabeza al río desde el sillín. Sin duda hay que llevar los cinco sentidos alerta.
Por tus comentarios, parece que hubiese mucha prisa en terminar. No parece que se disfrute demasiado de este tipo de rutas, esa es la impresión que me dió.
Bueno, ya estás ‘bautizado’, Yo creo que ya sólo te queda Castronear, 😉
Pues según lo releí si que note que daba la impresión que se hizo a prisa y corriendo pero no tenía ganas de editarlo.
El problema es que siendo tantos hubo que hacer muchos reagrupamientos y se hizo todo bastante calmado: los que dan caña iban relajados y los menos máquinas (aquí todo el mundo anda) pues iban a su ritmo. Yo, yendo a mi ritmo a veces estaba adelante, a veces en medio y a veces atrás (cuando había que portear).
Sin embargo en las zonas con buen firme y carretera, donde se puede tirar se iba a ritmo muy suave y es algo que a mi me cuesta controlarme.
En definitiva, la ruta está pensada y realizada de forma que todo el mundo disfrute y que nadie se quede rezagado o se escape. Al menos es la impresión que me dio.
Y lo que pasa es que estoy mal acostumbrado a hacer paradas con siesta incluida.