- Fecha: 21-6-2008
- Itinerario: Oviedo – Senda verde – Trubia – Senda del Oso – Villanueva – Desfiladero de las Xanas – Pedroveya – Rebollada – Collado del Canal Seco – Serandi – Senda del Oso – Trubia
- Personas: Carlos, Jorge y Rubén
- Hora salida: 8:45
- Hora llegada: 17:55
- Datos cuentakilómetros Rubén :
- Distancia: 57,81 Km
- Tiempo en marcha: 4:45:02
- Velocidad media: 12,17 km/h
- Velocidad máxima: 60,78 km/h
- Datos Cuentakilómetros Jorge:(nos dimos un paseo por la playa)
- Distancia: 65,66 km
- Tiempo de marcha: 05:28:03 horas
- Velocidad máxima: 43,00 km/h
- Velocidad media: 12,00 km/h
- Desnivel acumulado: 923 m.
- Altitud máxima: 921 m.
- Altitud mínima: – m.
- Pendiente media: 7%
- Pendiente máxima: 30%
- Datos GPS:
- Distancia: 55,42 km.
- Altitud salida: 280m.
- Altitud máxima: 942m.
- Altitud mínima: 93m.
- Desnivel acumulado: 910m.
- Max. Pendiente positiva: 24,88 %
- Max. Pendiente negativa: -24,80 %
- Índice IBP: 108,50
- Track GPS
- Álbum de fotos:
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Sol, naturaleza, precipicios, trialeras, caídas, hartos, ortigas, garrapatas, litros de agua y de sudor… esto es BTT en estado puro.
A las 7:30 tomamos el tren en Gijón, un buen madrugón pero que merecería la pena. Salimos de la estación de Llamaquique y después de un par de ajustes comenzamos a rodar muy tranquilamente por la Senda Verde.
Pasamos varios túneles hasta que llegamos al de 260m. sin iluminación y con bastante barro. Jorge hace de farolero con su móvil pero apenas vemos nada, hasta que Carlos sacó el suyo.
Un poco más adelante viene la parte donde las lluvias se han llevado el camino, queda un sendero muy estrecho y con bastante vegetación que hay que pasar con la bici por delante.
La anécdota, y suerte que sólo quedó en anécdota, es que cuando fui a posar el pie derecho en la hierba resulta que esta estaba en el aire, caí como 3 m. de espaldas y boca abajo, conseguí quedar casi en vertical agarrado a las zarzas antes de pegar con piedras y el trozo de asfalto que había cedido. Por suerte la bici quedó enganchada y apenas cayó 1m.
Continuamos camino de Trubia, cruzamos en Nalón para llegar a la estación de Fuso de la Reina.
En Trubia hacemos la primera parada en una confitería para desayunar por segunda vez, hay que llegar en perfectas condiciones al desfiladero de las Xanas.
Tomamos la senda del Oso al pali-pali para salirnos en Villanueva y comenzar lo verdaderamente espectacular de esta ruta: Las Xanas.
El comienzo tiene una parte de bosque muy guapa y otra de pedredos realmente jodida de pasar montado.
El camino tuerce a la izquierda y nos metemos en el impresionante desfiladero. Por suerte apenas nos cruzamos con gente, 2 ó 3 grupillos que bajaban y ninguno subiendo. De todas formas hay que concentrarse al máximo.
La verdad que en esta zona no hay mucho que contar: hay que verlo y vivirlo. Lo cierto es que se sube mucho mejor de lo que pueda parecer, tranquilamente a platillo y haciendo fotos. Eso sí, abstenerse personas con vértigo.
Pasamos el segundo y último túnel de las Xanas.
Un poco más adelante entramos en la zona de bosque, esta parte tiene pequeños tramos no ciclables y algunos descensos que incitan al suicidio, si Carlos llega a tener la Fuel EX ni se lo piensa.
Cruzamos el río para enfilar el último tramo hasta la iglesia de Pedroveya:
Un poco de porteo en la zona del molino por los duros escalones naturales para ir a salir al prao de la iglesia:
El sol y la humedad apretaba, así que a la sombra del texo tomamos un tentenpie para afrontar la última subida del día y la más dura.
Después de este merecido descanso subimos por carretera hasta la Rebollada, paramos a repostar agua en la fuente. Al poco de salir del pueblo comienza la calzada empedrada, imposible de subir:
Salimos a campo abierto con una considerable sudada.
Nos quedan ganar unos 200m. por prao.
Al poco de empezar la subida Carlos rompe la suela de una zapatilla, así que hay que hacer un apaño con un par de bridas.
La subida por el prao resulta especialmente dura aunque al menos se puede hacer gran parte montado.
Lo conseguimos, a partir de ahora sólo bajada. Decidimos comer en Serandi a mitad de la bajada así que un par de fotos del paisaje aunque las nubes estaban enganchadas en el Aramo y amenazaban tormenta.
¿Y qué decir de la bajada?
Pues que no la recordaba tan técnica, un cacho más complicada que la del Sellón y creo que lo más jodido que hemos hecho hasta ahora. Hay que reconocer que tuvimos que apearnos en bastantes sitios, yo creo que ciclé más la otra vez que la hice pero bueno tampoco me puedo quejar, esta vez no estuvo mal.
Intercalando partes técnicas hay pequeños descansos.
Y zonas un poco menos exigentes que permiten bajar con cierta confianza.
Hasta que en una de las partes técnicas Carlos salió por encima del manillar cayendo sobre las piedras, el golpe fue doloroso pero pudo continuar e incluso después de la comida disfrutar del último tramo de bajada.
Ya no quedaba mucho para terminar esta trialera y dar a la pista hormigonada que nos lleva a Serandi.
Aquí les comento que la otra vez que vine me lancé bajando por la carretera y me salí en una curva enganchándome con las zarzas a más de 30km/h. Pues nada, salgo delante y repito la hazaña: según empezaba la curva ya me iba partiendo de risa, al final hice un recto y frené con la rueda delantera en las zarzas mientras les decía: ¡aquí mismo fue!
A pesar de los truenos que se oían a nuestra espalda de la que bajábamos el día aguanta y con un intenso sol. Paramos en el chigre de Serandi y en los bancos a la sombra con unas buenas claras en vaso de sidra comemos.
Carlos se encontró con una compañera de viaje en el brazo, una garrapata que no se quería soltar. Como no quería dañar su cutis fue a casa de un vecino del pueblo para echarle aceite.
Comenzamos la última parte del descenso, este es más asequible entre mucha vegetación pero también tiene alguna zona técnica y piedras muy resbaladizas.
Al poco de comenzar Carlos nos pasa y ya no lo volveríamos a ver hasta llegar a la verja de los osos.
Yo bajaba más o menos bien evitando los pedruscos sueltos, así que paro en una de las partes más espectaculares para hacer unas fotos a Jorge: es una zona muy empinada con piedras resbaladizas y que termina en una horquilla a derechas, conseguir parar ya fue un logro. Como no llegaba empecé a subir hasta que me lo encontré, resulta se había llevado un buen susto con una piedra suelta y ya no le quedaba mucha confianza. Estás irreconocible a ver si la doble te da alas para estas bajadas y vuelves a ser el de antes.
Tomamos la senda del Oso para volver a Trubia. Jorge era el único que quería ir hasta Oviedo por lo que tomamos el tren en Trubia para volver a Gijón.
Esta bien esto, crónica de ruta por fascículos.
2ª entrega… cuando se me pase totalmente la resaca…. jajajaja
Bueno, bueno…menuda ruta 🙂 Buenísimas las fotos!!!!! Tais hechos unos deportistas!! 😀
Así se hace chicos !!!
Que guapa la ruta, la verdad que si bajase un poco mejor hubiese disfrutado mas la primera de las bajadas, pero bueno la segunda bajada me cundio mucho.
Quedo muy chula la foto en la que salimos Rubén y yo bajando
Ruton 😀
Que envidia, pero suerte que tenéis con la soltería.
Os espero en la de Babia
Eso eso, todos a Babia. Parece que el tiempo va a acompañar una vez se marche esa bolso de aire frio que dicen que tenemos encima. A ver si esta bien seco aquello, que bajar la cuesta sobre mojado va a ser muy dificil.
Hola
bonito reportaje, yo hice la misma ruta a principios de Octubre pero bajando de nuevo a Peñerudes y Fuso. Fantastica pero bajando bastante la presion de las ruedas para evitar los botes.
Dificultad elevada por el riesgo de caida.
Saludos
No tendras el track de esa variante, por si nos animamos a hacerla.