- Fecha: 8-5-2010
- Itinerario: Linares – Congostinas – El Cuñu – Congostinas – Casorvida – Malvedo – Navallas – La Tusa – Valbona – Malvedo – Cornellana – Campomanes
- Personas: Víctor, Vidal, Ramón, Alberto, Fede, Fierros y Rubén
- Hora salida: 10:00
- Hora llegada: 14:15
- Datos Cuentakilómetros Rubén:
- Distancia: 14,36 km
- Tiempo de marcha: 1:49:33 horas
- Velocidad máxima: 44,41 km/h
- Velocidad media: 7,86 km/h
- Datos GPS:
- Distancia: 13,97 km.
- Altitud salida: 784 m.
- Altitud máxima: 801 m.
- Altitud mínima: 378 m.
- Desnivel acumulado positivo: 669 m.
- Desnivel acumulado negativo: 1073 m.
- Índice IBP: 67
- Track GPS
- Álbum de fotos:
- Vídeos:
- Enlaces relacionados:
Nueva ruta de Vitorín que coincide con la Enduroespicha de las Cuencas, pero los que conocemos sus rutas ya somos casi unos incondicionales de ellas y sabemos que nunca decepcionan. Al menos a los que nos gustan los senderos, bajadas técnicas y meternos por caminos olvidados que en algunos casos hasta se han abierto para la ocasión. No veo mejor forma de recordar viejos caminos entre pueblos y cabañas postergadas.
Siete compañeros nos dimos cita en Campomanes para desayunar a eso de las 9 de la mañana. Nos repartimos en los coches para subir a Linares, un poco más arriba de Congostinas donde daría comienzo la ruta al lado de una estación de tren que sube por Pajares.
La carretera según se sale de Congostinas desaparece y un su lugar deja una pista argayada pero al poco vuelve el firme asfaltado y hormigonado.
A las 10, puntuales como un reloj comenzamos la ruta por una pista en subida. No duraría mucho, se paran a un lado del camino y Víctor dice no hace falta que bajemos aún los sillines – ¡pero si ni hay camino!-. Nos adelantamos los que llevamos cámara para hacer unas fotos del camino que pasa justo por encima de uno de los túneles del tren. Estaremos toda la mañana cruzando vías en unos casos por encima, en otros por debajo, a nivel y otras veces sin saberlo, escuchando trenes de pasajeros y de mercancías pasar de vez en cuando.
Ahora sí, ya podemos bajar los sillines que empieza lo bueno. El sendero se empina, resbaladizo por las lluvias y peraltado, ta complicado pero se puede pasar.
Llegamos a unas vías muy antiguas, de antes de hacer el túnel sobre el que pasamos.
Mientras oímos un tren pasar Víctor nos indica el camino… no deja de sorprenderme con estos senderos que prácticamente ya ni existen. En este tramo creo que él y el Fierros tuvieron que abrirlo un poco de nuevo, realmente merece la pena.
Al principio resbaladizo por la tierra húmeda. A continuación, ya con piedra fija, y buen agarre pero muy pindio, nos reciben unas zetas para disfrutar viendo abajo el pueblo de Congostinas.
Aterrizamos en la fuente y nos reagrupamos, quitar las protecciones para subir de nuevo hasta cerca de los coches mientras un lugareño entabla conversación:
– ¿venís por ahí? Ta muy malo, envidia me dais… mejor ese otro es más ancho.
El otro camino también caería en breves y la verdad que va ganando en complejidad.
En la fuente de Congostinas nos comenta Vitorín que hay unas carpas que llevan 3 años viviendo ahí.
Subida a platillo, en coche no parecida tan empinado aunque no pasase de primera.
Unas decenas de metros antes de llegar a los coches nos paramos y vuelta a poner protecciones y bajar sillines y eso que yo no veo ningún camino, será porque no me fijo bien. Llevamos 4km. y ya estamos disfrutando como enanos.
Paso por al lado de esta casa y adelanto a Ramón que hacía fotos en una curva. Empiezan las piedras y cada vez se complica más con pizarra lisa y húmeda muy resbaladiza, llego a los escalones que me comentaban para hacer fotos. Los tengo que pasar andando.
Vitorín los pasa como si nada.
Llega el Fierros y se cruza completamente, así que vuelta a intentarlo:
Vidalín señala a Fede por dónde pasar y este tan tranquilo de frente:
Ramón con pericia se libra de la cruzada que le hizo la rueda trasera y pasa hasta llegar al cruce del río.
No podía faltar el paso por río de frescas aguas.
Por este otro camino llegamos de nuevo a Congostinas. Foto de grupo en el curioso cartel del pueblo.
Pasamos al lado de las vías del tren para ir en busca de otro de esos caminos que si no estás encima no te das cuenta. Estrecho y entre árboles, con tramos en bajada aunque luego tocaría llanear y subir un poco en busca de Casorvida donde nos esperan unas cervezas en el bar del pueblo.
Vemos abajo la nacional del puerto Pajares y nosotros por la ladera de la montaña.
Comenzamos a subir, algún paso complicado y una pérdida de pie al apoyar hace que acabe hundido en unas zarzas con la bici encima hasta que Fede me ayuda a salir.
Nada más me sacan veo a Vidalín volar por encima del manillar, menudo par… bueno no seríamos los únicos.
Atravesamos unos praos donde hay que dejar bien cerradas las portillas y vamos a dar justo a la casa de la dueña del bar. Son las doce menos cuarto, nos dice que en diez minutos está allí.
Tan mal tiempo daban que ni una gota nos ha caído y hasta algo de sol tuvimos. Pero tenemos tanta suerte que mientras estamos tomando unas miaus en el bar caen dos chaparrones y nos dejan tranquilos hasta llegar a los coches. A pedir de boca.
Ramón había tenido un corte bastante profundo en un gemelo, aprovecha para limpiarlo un poco y taparlo con cinta adhesiva; a juego con la piel.
Después de beber y picar algo poco apetece coger la bici, pero queda una dura subida y la mejor bajada de las tres o la más larga también. A alguno las miaus se le suben a la cabeza y más que esquivar pedrolos parece que los va buscando por el sendero que baja camino de Malvedo.
En este pueblo comienza la dura subida por pista que tarde o temprano nos hace poner pie a tierra. Nos paramos en una curva para tomar un sendero, bastante cerrado en su comienzo para variar, pero promete. Con unas buenas vistas de Peña Rueda y la zona del Ubiñas (más bien la zona norte) nos adentramos por este camino que tendría algo de barro, aunque viendo como estaba toda Asturias la verdad que no nos podemos quejar.
El Fierros también se une a la fiesta y se tira por un barranco, aquí el equipo de rescate después de recuperar la bici.
Para mi una de las partes más complicadas del día, llegar hasta aquí ya era un triunfo pero encima bajarlo… muy resbaladizo y sino que se lo pregunten a Alberto. Ya sólo quedan Fede y Vitorín por averiarse.
Un poco más de sendero argayao y trialera para llegar a Malvedo.
Llevamos poco más de 10km pero sin parar de disfrutar sobre la bici, la verdad que hace gracia contar los km. porque para nada importan y menos viendo lo que queda:
Un bonito sendero con la zona de Pajares a la espalda y a la izquierda ya vemos Campomanes y el siguiente bar a parar.
Decía antes que faltaban dos por unirse a los accidentados, pues vamos a dejarlo en uno. Aquí el miura intenta apartar un árbol con la cara… por no fijarse, tres cortes en la cara y especial cuidado al afeitarse.
Por suerte quedó en un susto. Llegamos a Campomanes, nos cambiamos para ir a recoger los coches que están en Congostinas y unas cañas en el bar… siempre que voy hay una moza de buen ver.
Un placer poder hacer estas rutas que organiza Vitorín y el Fierros, más con el grupillo tan compacto que se formó, nos permitió ir parando en los bares y disfrutar tanto de la ruta como de la compañía. Que se repita todas las veces que haga falta.
Presta un monton leer tus relatos sobre las rutas, y mas acompañarte en ellas.
Hasta la proxima!!
Cada día táis más como cabras beeeeeeeeeeeeeehhhh