Apenas llevo medio año escalando y ya puedo decir que hice una de las cumbres más simbólicas de la escalada, aunque sea por la vía más asequible.
Ironías de la vida puesto que de guaje, cuando nos hacían estudiar geografía en la EGB recuerdo como el «mal nombrado» Naranjo de Bulnes se llevaba todo el protagonismo de Picos de Europa, yo que siempre me ponía del lado del menos afortunado no entendía como el Torrecerredo siendo la mayor cota o el Pico Tesorero siendo trifinio de Asturias, León y Cantabria quedaban en un segundo plano.
Así fue que, hasta no hace mucho, no tenía especial simpatía por uno de los picos más emblemáticos que haya visitado.
También otro de mis fallos, culpa de los libros de la época, llamarlo Naranjo de Bulnes cuando su nombre es Picu Urriellu o simplemente «El Picu».
El principal culpable de que haya escalado esta cumbre es mi padre, bueno junto con Sergi compañero de cordada.